Perdón por abandonarlas un poquito, pero estos días he tenido una serie de problemas, tocante a mi matrimonio.

 


Habíamos llegado al punto en no querer ni hablarnos, y desde siempre he dicho que no me case para divorciarme, entonces debíamos encontrar la manera de comenzar a hablar, y es ahí que fuimos con nuestro líder eclesiástico.

Yo ya había intentado esto antes, pero no me funciono, entonces me predispuse a que tampoco funcionaria con el.

Fuimos y comenzó a hablar con nosotros, sobre las responsabilidades tanto de la esposa como del esposo, el amor y el respeto que nos debemos tener el uno al otro y hacia nuestras hijas.

Después vino lo bueno, nos tocaba hablar, ustedes no sabran, pero, me cuesta muchísimo muchísimo expresar mis sentimientos, claro con mi esposo ya no tanto, pero enojada y con el nudo en la garganta, imagínense..!!!

Pero lo pude decir, y fue un alivio taaaaan grande, que en verdad todo mi cuerpo, mi espíritu mi mente y mi corazón se sintieron relajados :D.

Y pude ver las cosas mas claramente, no solamente mi esposo estaba haciendo las cosas mal, también yo (aja hahahah) bueno en serio que si.

Pude darme cuenta de que he dejado de hacer tantas cosas que como esposa, y amiga de mi David me corresponden hacer.

Pero bueno pude recordar que hablando se entiende la gente.

Amo a mi esposo es solo que, con las tareas del hogar, las hijas el trabajo etc. A veces se nos olvida.

Y ¿Por qué digo que es un tema que jamás volveré a tocar? Muy sencillo, porque la siguiente ves que me sienta estresada, olvidada, y comience a actuar de esa forma que me llevo a desinteresarme de todo. Leeré mi blog y recordare lo que aprendí.

Nuevamente gracias por estar ahí y ser tan pacientes.

Se despide una mamá con un Corazón nuevo